11 noviembre, 2007

EL ORIGEN

Nêktôkk el Maldito, asesinó a su hermano mayor y trató de apoderarse de sus padres. Pero Yælkz no permitió que se efectuara el crimen y derrotó a su hijo con su propia espada, la más poderosa de todas, Känðurl, Dolor. Y lo desterró de su hogar.
Con el llanto de la pérdida de su hijo y a petición de su esposa e hijo, creó el mundo dentro de las lágrimas derramadas formandolas en una gran gota. Después se retiró para cuidar de su agonizante esposa.

Tres fueron los mundos creados por Lëyalk y Yælkz, los Padres Universales: El primero lo ubicaron en medio de un mar de magma y allí habitaron todos los poderosos descendientes de Fülkarp, Señor del Fuego; ese es el Nífheim, el Mundo Inferior. El segundo lo crearon con el cuerpo de su hijo asesinado: Onfixh, El Pez; este es el Rozënheim, el Mundo Medio y allí habitaron los descendientes de Akíx, la Señora de la Tierra. El Tercero fue colocado en el mar de éter y lo dieron a Närahal, Señor de las Aguas, para que los habitara con los suyos; a este lo llamaron Mídhiem, el Mundo Superior. Las lluvias que caían del Mídheim y el calor que se elevaba desde el Nífheim hicieron que el Mundo Medio se Templara y fuera ideal para la reproducción de los hijos de los dioses.
Níal, Señor de los Vientos, decidió vagar libre por los tres mundos con su descendencia y por eso no le crearon un cuarto mundo.

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