22 septiembre, 2007

EL PASO DE LAS ERAS (Fragmento)

¡Que el cielo me proteja y me libre de todo mal!
¡Que la noche con sus lunas me oculte del enemigo!

Bajen los soldados a combatir en la tierra
mientras los hijos mortales se esconden.
Vengan las armas del valiente a hacer frente,
vengan y cacen a la presa terrible.
Caiga sobre Ellos la furia de Tûrar,
sean vengados los muertos inocentes.

¡Que la Tierra borre nuestras huellas mientras huimos!
¡Que la arena perfore sus pulmones hasta hacerlos morir!

Veinte los años de perdida presencia.
Las cosechas repletas de peste.
Los Hijos del Caos han venido,
su fuerza a todos destruye.
Uno a uno desaparecen los pueblos,
uno a uno los absorben para sí.
La muerte no tiene final donde principia su sed.

¡Que el fuego divino me de sepultura!
¡Que la llama bendiga mi olvidado cadáver!

Notoria la pérdida de guerreros.
Escasa la población de las urbes.
Dos las ciudades sepultadas:
una por mar, otra por nieve.
No hay refugio en la faz de Mível.
Vayan las almas a alimentar el Mídheim.

¡Que el agua sacie la sed de venganza!
¡Que sean los mares orgullo de nuestra nación!

Poderosos los seres del mar,
navegantes venidos de la hundida Ätlaz.
Mil ejércitos serán encontrados
cuando la sangre del dios sea derramada;
su espada no tendrá piedad.
Vencidos y vencedores combatirán de nuevo:
la horas no tienen final.

El alba trae la muerte y el caos,
el crepúsculo la esperanza.