07 octubre, 2006

KÄZTIN OVËRÐI (El Castillo de Acero III)

III
La Gloria Alcanzada

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.

Se ha enviado el mensaje al Rey Fërich
para que reúna a sus hombres
y viaje a occidente a ayudar
al hermano que herido se encuentra.
En el Bosque lo espera el puñado de gente
que por un año ha logrado sobrevivir

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


¡Salgan los espadas a combatir
porque la noche se aleja
dejando el campo cubierto
por miles de seres deformes!
¡Salgan guerreros fernĩkaz,
aún hay sangre por derramar!

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


¡Vengan los jóvenes de fuertes brazos
a portar el casco y llevar la lanza,
los niños a los muros vayan!
Mientras las mujeres atentas estén
a las flechas incendiarias
o los hogares se quemarán.
¡Griten el canto de muerte,
ahora es tiempo de alcanzar
la inmortalidad, el favor de los Dioses!

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


Cien son los hombres que combaten
al frente del Castillo de Acero
para proteger a los suyos.
Cien más un grupo de niños
dispuestos a morir con valor.
Cien los que luchan contra el ejército
que invade destruyéndolo todo.

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


En la lucha muere el rey Fërnit,
su hijo Ferĩando el valiente,
que con quince años mató a treinta soldados,
los duques Nutërvat y Remĩndrel,
los hermanos gemelos…
de los cien quedan treinta.

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


El olifante se escucha cercano
con el alba del segundo día,
y la aurora revela al ejército
que Fërich trajo consigo:
por miles se cuentan los guerreros.
Acompaña a éste el hermano menor,
Fëriat, por honor a la familia.

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


Los caballeros rompen la fila enemiga
y los Hombre-murciélagos huyen,
se pierden en el Bosque,
otros se ahogan en el Río.
Gloriosa es la victoria alcanzada
por Fërnit y los suyos.
Agoniza y muere junto a sus hermanos:
Fërich erige un túmulo para él
y los hombres caídos.

Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.


La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.

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