I
La Derrota del Rey
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
Portando el Escudo de Fërich,
con su larga barba partida,
el rey de la corte Fernĩka
con sus huestes marcha a occidente
desea un hogar para la gente
que confió en él al coronarlo.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
En el cruce de ríos dormía
resguardado por su tienda
cuando los hombres deformes
masacraron a su pueblo.
Ha huido, se encuentra diezmado,
penetra en el bosque solo.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
Su imagen es perseguida
por sombras diabólicas, son muchas,
que pretenden matarle.
Pero el rey valiente las enfrenta
hasta desfallecer bajo niebla.
Piensa en los suyos al despertar:
los cristales bajan raudos por la mejilla.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
Se encuentra entre árboles milenarios
y su voz se pierde en la ramas:
grita al viento su pena, su añoranza:
pide a Nĩal su perdón.
Se ha marchado Häna a su casa,
la noche lo cubre todo.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
Es Ketzächil quien escucha su ruego,
compadecida se acerca al monarca.
Le habla con la voz de las flores,
le llama con cromáticas manos.
Lo lleva hasta borde del río
y le pide dormir, pronto amanecerá.
Luego debe buscar a su gente
y agruparla donde ha descansado:
será allí donde tengan su nueva morada.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
La luz le muestra el valle, el bosque,
el río. Las rocas de la orilla se elevan:
un risco tan grande y bien protegido
es lo que ve con el alba.
Corre hacia el bosque, cruza el sendero,
encuentra a su compañía diezmada
y la guía de regreso como la Diosas ordenó.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
Allí están, con el alma deshecha,
observando el refugio,
a su lado corre el Gran Río,
por el otro está el bosque,
sólo un pequeño paso
sirve de acceso al promontorio:
su pueblo a salvo estará allí arriba.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
El monarca está alegre
se puso a cantar,
felices todos ya son:
a salvo están.
2 comentarios:
espero con ansias las otras partes. saludos!!!
...pronto vio el río de muertos que habría de tener la raza de los Fuertes de Mente. Las espadas aumentaron y la sombra se acercó a él...
Está muy padre lo que escribes ya te lo dije, aunque esta opinion no te la da una experta en el tema, quiza la menos indicada para el pero ps de verdad me gusta como escribes.. los cuentos... la obra de teatro, la poesía.... que bien por ti hombre ;)
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