IV
La Nación del Bosque
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
Fërich era el hermano mayor,
de fuertes brazos y sonrisa agradable.
Fërnit nació segundo,
inteligente y honrado,
el más noble de todos.
Fëriat, el más chico, compensó
su edad con valentía en el combate.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
De los tres hermanos sólo
Fërich salvó la vida en la batalla
librada al margen del río.
Aquella noche veló los nobles cuerpos
de los reyes fenecidos y los soldados
que viajaron al Mundo Superior.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
Al día siguiente reunió a los tres pueblos
para formar uno sólo.
Eligió como casa aquel gran castillo.
Tomó para sí el bosque,
pues mucho le había ayudado en la victoria,
y extendió sus dominios
más allá del Valle Oscuro del sur.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
A la nación le llamaron
pĩal woulði ovërði,
El País del Bosque de Acero,
y fue el más hermoso y magnífico
que los Hombres han podido crear,
porque unieron su amor a la vida
con el amor a los árboles en armonía.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
Todas las tardes del verano
el rey salía al pasear por el bosque,
tanto quería a su tierra,
y se extraviaba por los senderos
de hojas hasta encontrar
con la aurora el camino de vuelta
a su casa. Nada temía ahora.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
Su canto se oía entre las ramas,
su gente dormía en los troncos,
la corte Ferĩchka vivía en euforia
continua al danzar al lado de duendes y hadas.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
Cincuenta años reinó allí Fërich
hasta que los años alcanzaron
su alma y murió. Su cuerpo fue enterrado
en el centro del bosque para
que desde allí pudiera protegerlo
de seres malvados que quisieran
apoderarse de los suyos.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.
El Bosque de Fërich recibe su nombre
del benévolo rey que tanto amó un pueblo.
Y la conquista del bosque
y la creación del Castillo de Acero
son las más grandes hazañas
que se puedan contar de la época
en que los mortales combatían al lado
de los Descendientes de los Cuatro Grandes.
Alguien salió
al bosque a cazar,
nadie lo vio:
se puso a cantar.
El monarca está alegre
se puso a cantar,
felices todos ya son:
a salvo están.
Han sobrevivido el embate,
el ejemplo dan
de la resistencia humana.
Hay que cantar.
La gesta recuerda al hombre,
hay que cantar,
que salvó a todo un pueblo:
una nación nacerá.